¿Siempre has querido saber cómo funcionan los acumuladores de calor pero nunca antes te habías atrevido a preguntarlo? Los acumuladores de calor son sistemas de calefacción eléctricos que climatizan tu vivienda gracias a unas resistencias que calientan una piedra refractaria (o una serie de ladrillos) de gran tamaño y capacidad para concentrar calor. Su puesta en marcha se fundamenta en la gestión de los ciclos de carga y descarga, de forma que por la noche acumulan el calor (carga) y por el día lo liberan, calentando la casa (descarga).

Cómo funcionan los acumuladores de calor: vayamos por partes

Más allá de la resistencia y el núcleo acumulador, que es la zona en la que residen los ladrillos refractarios o la piedra calorífica, debemos tener en cuenta otros elementos que resultan esenciales para el trabajo de su día a día.

Aislamiento térmico

El aislamiento térmico nos ofrece la posibilidad de guardar el calor acaparado en el núcleo, impidiendo que la parte exterior del acumulador resulte abrasiva al tacto. Se trata de una prestación especialmente agradecida cuando hay niños en casa.

Sistemas de gestión

Los sistemas de gestión se basan en una serie de ruedas, engranajes y botones que facilitan la gestión de los tiempos y el total de energía invertida en los ciclos de carga y descarga.

Cómo funcionan los acumuladores de calor: energía

A diferencia de lo que sucede con otros sistemas, los acumuladores eléctricos pueden considerarse ecológicos, ya que no generan emisiones tóxicas ni consumen oxígeno allá donde trabajan. Si bien la electricidad no es, de por sí, una fuente renovable, no debes olvidar que cada día cantidad de ella procede de fuentes que sí lo son, lo que repercute en una disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, reforzando esta idea del acumulador de calor como un sistema menos contaminante.