Los acumuladores de calor eléctricos son aparatos de calefacción que operan mediante el uso de energía eléctrica. El método que siguen se basa en acumular calor por las noches para liberarlo, poco a poco, a lo largo del día. Están pensados para realizar sus funciones específicamente en conjunto aprovechándose de una tarifa con Discriminación Horaria (DH), puesto que de esa manera se consigue sacarles su máximo rendimiento. Pero, ¿de cuántas partes consta?

Partes de los acumuladores de calor eléctricos

Para que un acumulador de calor realice su servicio de la forma deseada ha de contar con cinco elementos básicos que garanticen su eficiencia. Son las siguientes.

  • Acumulador. Se basa en un conjunto de ladrillos refractarios que contendrán dentro de sí el calor. Al final del ciclo de carga, los ladrillos pueden llegar a temperaturas de hasta 700 °C.
  • Resistencias eléctricas. Su labor es calentar el núcleo acumulador de manera homogénea.
  • Aislamiento térmico. Se emplea para almacenar el calor dentro del aparato y para impedir que la superficie llegue a la máxima temperatura superficial permitida por la normativa del Código Técnico de Edificación (CTE), cifrada en 90 °C.
  • Sistema de seguridad. Garantiza la seguridad de todo el aparato.
  • Termostato. También se le llama limitador térmico. Su función es impedir cualquier clase de interrupción del proceso debido al calentamiento del acumulador.

Tipos de acumuladores de calor eléctricos

De cara a su utilización en viviendas particulares, se diferencian dos clases distintas de acumuladores, estáticos y dinámicos.

Acumulador de calor estático

Presentan el sistema de aislamiento térmico más simple posible. En él, los acumuladores llevan a cabo la descarga del calor acumulado mediante convección natural y radiación. Para ello, se emplean unas pequeñas trampas que evitan el paso del aire a través de los acumuladores.

Estos obstáculos se pueden calcular y gestionar a través de un mando que se halla en el exterior del aparato. Pese a todo, únicamente el 20% de la descarga puede ser controlada manualmente.

Acumulador de calor dinámico

Se distinguen de los anteriores por presentar un aislamiento térmico mucho más eficiente. Éste se fundamenta en la descarga realizada a través de una turbina que transmite el calor por mediación de los acumuladores. Hasta el 80% de la descarga se consigue controlar de manera manual mediante el uso de termostatos emplazados en el interior y el exterior del sistema.